Este es el quinto de una serie de artículos escritos por los arquitectos sobre aspectos específicos del diseño del hotel de Miniloft.
En 1997, cuando empezamos a buscar una propiedad para desarrollar, hicimos una lista de criterios que los lugares potenciales debían cumplir. Lógicamente las tres primeras características (localización, localización, localización) eran lo principal de la lista. El siguiente criterio más importante era la combinación de lo nuevo y lo viejo. Queríamos un lugar que tuviera ya un edificio que pudiéramos transformar, y aun así suficiente espacio vacío para construir otro nuevo.
Un edificio que combina lo nuevo y lo viejo tiene una riqueza que viene de su historia física. Las capas sucesivas de reforma cuentan una historia que un diseño de tabula rasa no puede imitar.
Eligiendo el sitio
El sitio en Hessische Str. 5 era ideal porque había un edificio arruinado del siglo XIX en la parte de atrás y un espacio de 12 por 15 metros delante. El edificio que había ocupado ese espacio fue severamente dañado durante la II Guerra Mundial, y lo derribaron poco después.
El edificio ya existente era típico de su tiempo y lo habían renovado ligeramente tras la guerra. Por suerte no estaba listado como un monumento histórico, lo cual significaba que no teníamos que aclarar cada detalle del diseño con el departamento de preservación histórica.
Historia
Antes de la guerra el inmueble pertenecía a una familia judía que fue perseguida por los nazis. Era una familia prominente en el mundo de la moda y poseían otra propiedad en el barrio textil cerca de Gendarmenmarkt.
Tras la caída del muro el gobierno alemán comenzó a devolver la propiedad confiscada a sus legítimos dueños. Este lugar lo adquirimos de los herederos supervivientes de esta familia, cuyo miembro de más edad tenía 90 años. Una mujer que debió pasar gran parte de su juventud, e incluso haber nacido en este edificio.
El primer boom de la construcción en Berlin
El edificio existente se había construido a finales de 1890 durante el primer gran período de crecimiento de Berlin. Los edificios entonces eran increíblemente densos, hechos en bloques cuadrados alrededor de un patio. Cada parte del bloque tenía determinadas denominaciones: "Vorderhaus"(edificio al frente) la parte frente a la calle, "Hinterhaus" (edificio atrás) la parte de más atrás y "Seitenflügel"(alas laterales) lo que llenaba el espacio entremedio.
El primer edificio de nuestra actual propiedad se levantó hace unos cien años, el ya perdido "Vorderhaus". Unos años más tarde se añadió el "Seitenflügel", la parte sur que sobrevivió. Desde entonces la propiedad ha sufrido muchos cambios, de los que aún queda algún rastro.
El inmueble se sitúa a unos 100 metros fuera del muro, al cual seguía la calle Hannoversche. Parte de este muro es aún hoy visible, integrado en un edificio reciente en Hannoversche Str. 9.
Después del muro
En 1990 edificios como el nuestro en Berlin Este estaban relativamente en ruinas. El Régimen de Alemania Oriental realizó el mínimo trabajo para sólo evitar que los edificios se fueran abajo. Por suerte también dejaron la mayoría de Mitte (centro histórico) intacto. Esto supuso que tras la caída del muro Berlin pudo renovar el centro histórico sin caer en los mismos errores de los años 60 y 70 (leer Política de Berlin para más información).
Cuando adquirimos el inmueble parecía bastante ordinario, un edificio más del siglo XIX. Los alemanes orientales habían hecho las renovaciones mínimas para mantenerlo habitable: habían retechado los techos goterosos, vuelto a enyesar las paredes y cambiado puertas de madera y ventanas con pobres sustitutos. A pesar de ello el sótano, la planta baja y el techo estaban en malas condiciones y hacía falta una reparación intensiva.
La planta baja estaba plagada de podredumbre seca. Tuvimos que eliminar toda la mampostería y reemplazar completamente el suelo de madera por un sistema de hormigón, ya que estaba también podrido tras años de abandono.
Tras derribar los suelos y el techo, la case era como un esqueleto de ladrillo esperando ser revestida con nuestro propio diseño.
Construyendo por capas
Las antiguas iglesias en Europa eran a menudo construidas a través de los siglos por generaciones de arquitectos. Así narran una sutil historia de esperanzas y valores escrita por las manos de sus constructores. Los maestros que heredaban esta labor de titanes con frecuencia ignoraban la obra de sus predecesores al añadir su propia escritura. Ya que la moda y los gustos cambiaban durante la construcción, estas iglesias muestran muchas veces una extraña mezcla de tradiciones. A pesar de este collage de estilos, se perciben como una sola pieza arquitectónica, un solo edificio con capas de identidad histórica.
Este enfoque aporta al edificio una riqueza que no se logra al empezar desde cero, aunque a veces estas capas de historia pueden también ser frustrantes y plantear problemas que complican la planificación arquitectónica.
Integrando lo viejo y lo nuevo
Nuestra meta era crear un edificio que fuera obviamente nuevo, pero conservando las raíces de su estructura previa. La nueva construcción debería dar un giro distintivo a la historia del edificio, y respetar a su vez el pasado y el contexto urbano del que llegó a formar parte.
La nueva construcción tuvo dos fases. Durante la primera (2002) renovamos el edificio existente creando los minilofts Classic y Compact, y añadiendo nuestro propio apartamento encima. En la segunda fase (2004) hicimos el nuevo edificio al frente que alberga los minilofts Introverted y Extroverted, nuestra oficina y la tienda de la planta baja.
Fase I – Renovación, Modificación
La red urbana histórica de Berlin desde finales del siglo XIX es una base excelente para apartamentos magníficos. Los techos son altos, las ventanas amplias, y las pareces de sólido ladrillo.
El diseño interior de los minilofts Classic y Compact incorpora estos elementos y los combinan con otros modernos, como el cristal y el hormigón (ver Materiales para más información). Detalles en particular como los arcos sobre las ventanas dejan ver las raíces del siglo XIX.
Nuestro propio apartamento está en los dos pisos superiores del antiguo edificio. El piso de abajo tenía antes dos apartamentos pequeños y el de arriba era un viejo desván, que eliminamos poniendo en su lugar una extensión abovedada con césped. Ya que esta extensión está apartada en la parte sur, parece que surge desde las viejas paredes de abajo.
En la parte de atrás, una doble ventana unifica el espacio integrando la extensión nueva en las paredes de edificio antiguo. Cuando se ve desde atrás parece concebido como una sola pieza. Sin embargo hay peculiaridades y rarezas en el ritmo y los materiales que revelan las capas de historia que tiene el edificio.
Fase II – La nueva edificación
El nuevo edificio se guía por el antiguo. Ya que la escalera del nuevo da acceso a los dos pisos superiores del antiguo, la altura de las plantas está determinada por éste último.
El tema de las bandas curvas también se repite en el nuevo edificio, lo cual ayuda a unirlos.
El resultado es un seguro híbrido de lo viejo y lo nuevo, como un niño transcultural que es más que la suma de sus partes y pasados. El edificio cuenta su propia historia revelada en pequeños detalles sembrados a lo largo del proyecto.