Los que vienen a Berlín buscan siempre formas de explorar su historia. ¿Por qué no pasar de los edificios a las personas? Los antiguos residentes de esta ciudad son tan interesantes como los sitios en sí mismos. Esto conduce a una manera nueva de visitar Berlín, también conocida como “necroturismo”.

Es parecido a ir a ver el legendario cementerio Pere LaChaise de París, sólo que en Berlín los cementerios abundan por todas partes. Cerca de Miniloft, en la Chauseestraße, hallarás el Dorotheenstadt,donde descansan almas de izquierdas. Entre esas losas encontrarás a los filósofos Friedrich Hegel y Henrich Mann, a August Stüler (arquitecto original del Neues Museum), y al dramaturgo Bertolt Brecht.

En la parte oeste (en el Alter St.-Matthäus-Kirchhof Berlin), yacen los hermanos Grimm, que pasaron sus últimos años en Berlín componiendo el primer diccionario alemán, aunque sólo llegaron a la letra F. Weissensee cuenta con el cementerio judío más grande de Europa, una extensión de cuarenta acres con 115.000 tumbas, incluyendo al pintor Lesser Ury, al legendario editor Samuel Fischer, y al escritor Micha Josef Bin Gorion.

Y en el sur descubrirás el Friedhof Forst Grunewald, un cementerio poblado con las almas más afligidas. Conocido como Schandacken, o “cementerio de la vergüenza”, alberga a personas que terminaron con sus propias vidas, particularmente en el siglo XIX, cuando estaba de moda arrojarse por el Río Havel. También allí se encuentran esparcidas las cenizas de Nico, que aún recibe botellas de vino de viejos admiradores.

Esta web utiliza cookies para mejorar la experiencia y proporcionar funcionalidades adicionales · Consulta nuestra política de privacidad · OK