Aunque Berlín es una ciudad en desarrollo hoy en día, aún está marcada por su vacío. Mientras nuevas construcciones y proyectos tratan de llenar algunos huecos dejados por siglo pasado, y dan servicio a un creciente número de residentes, la naturaleza idiosincrática de la ciudad aún se refleja en los edificios que obstinadamente persisten, latentes y abandonados.
Es aquí donde visitantes y residentes entran, sin precaución ante el signo de “Betreten Verboten” (Prohibida la entrada). Así se encuentran numerosos lugares para echar un vistazo a lo desconocido, al misterioso e inalcanzable pasado, y a los entusiastas de ver y experimentar la parte abandonada de Berlín. Abrirse paso en estos sitios no es siempre recomendable, pero teniendo en cuenta la historia tras las ruinas, sigue siendo una forma fascinante de vislumbrar el pasado reciente y caótico de la ciudad.
Con los artículos de Buzzfeed y los abundantes blogs dedicados al tema de la exploración urbana, no será difícil informarse en internet. Además de los puntos indicados abajo, te dirigimos también al enlace deAbandoned Berlin, que se las ha arreglado para documentar los lugares vacíos de Berlín (y sus accesos) mejor que nadie.
Un incendio en el verano de 2014 se llevó gran parte de este parque de atracciones de la antigua RDA, que en lo últimos años ha conseguido compaginarse entre parque de recreo prohibido y recinto para conciertos.
Ubicado en Planterwald, cerca del parque de Treptow, el Spreepark atrajo a 1,7 millones de visitantes al año en su momento de auge antes de sucumbir tras la caída del muro en 1989, y su eventual deterioro después de cerrar en 2001. Desde viajar en una taza de té a dinosaurios de plástico, el Spreepark ha sido prioridad en las listas de exploradores urbanos por bastante tiempo.
Teufelsberg, una colina hecha con escombros de la II Guerra Mundial sobre una escuela militar nazi de Albert Speer, es una antigua estación de escucha de la NSA situada al oeste de la ciudad en Grunwald. Por ello es también un recordatorio increíble de los efectos imperecederos de la guerra y de la paranoia que caracterizó la segunda mitad del siglo XX en Berlín. Hay visitas disponibles al lugar, que aún está protegido mientras sigan las negociaciones sobre su futuro desarrollo.
Beelitz Heilstätten
Beelitz Heilstätten se construyó como un hospital de tuberculosis y un hogar de ancianos en 1902. Cuando comenzó la I Guerra Mundial, la Cruz Roja tomó el centro para soldados alemanes heridos, incluyendo al mismo Hitler. Tras recuperar su aspecto original en los años 20 y 30, volvió en la II Guerra mundial a servir para sus fines, terminando los siguientes 50 años en manos de los rusos y de otro líder alemán, el antiguo presidente de la RDA, Erich Honecker. Beelitz, un lugar con una desgarradora historia, no es lugar para miedosos, a pesar de su aparente campo abierto.